Chicago, la tercera ciudad más grande de los Estados Unidos, alberga numerosos edificios o rascacielos, de los cuales 85 superan los 160 metros de altura. Actualmente, el edificio más alto de Chicago es la Willis Tower (antiguamente la Sears Tower), completado en 1974, de 108 plantas, que se eleva hasta los 442 metros. La Willis Tower fue el edificio más alto del mundo desde su finalización hasta 1998, cuando fue superado por las Torres Petronas de Kuala Lumpur, Malasia. Se mantuvo como el edificio más alto de los Estados Unidos hasta el 10 de mayo de 2013 cuando el One World Trade Center de Nueva York lo superó. De los diez edificios más altos de los Estados Unidos, cuatro están ubicados en Chicago. Wikipedia. Panorámica del “Skyline” de Chicago tomada desde la zona recreativa de Navy Pier, junto al lago Michigan.
Metro de Chicago Una de las mejores formas de moverte en Chicago es en metro. Proporciona fácil acceso a cualquier lugar que desees visitar, es barato y su recorrido elevado por el centro urbano ofrece unas magníficas vistas de la ciudad. Debajo os copio la descripción que hace la Wikipedia de este sistema de transporte y una fotografía tomada durante una estancia de 3 días, al comienzo de nuestro viaje a través de la Route 66. El metro de Chicago, conocido popularmente como el Chicago “L”, es un sistema de transporte rápido que presta servicio en el área metropolitana de Chicago (Estados Unidos). Es el tercer metro más transitado del país por detrás de los metros de las ciudades de Nueva York y Washington DC. La sección más antigua del “L” data de 1892, por lo que constituye el segundo sistema de tránsito rápido de Estados Unidos, sólo por detrás del metro de Nueva York (donde las secciones elevadas todavía operativas son de 1880). Se le atribuye haber ayudado a crear el denso centr
¿Puede parecernos hermosa una ciudad que se cae a pedazos? Yo creo que si. Al menos esa es la sensación que tienes cuando paseas por la Habana vieja, la de una ciudad que necesita reformas y rehabilitación urgente, pero que a pesar de ello, ofrece una imagen armoniosa y amable. Contribuye, y no poco, a este sortilegio, el carácter de los cubanos, siempre alegres y aparentemente resignados a su suerte, esperando sin prisas tiempos mejores.
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