El singular y preciosísimo pueblecito de Flam en Noruega. Como se puede ver en la imagen, un lugar en el que hombre y naturaleza conviven de forma armoniosa. Este es un reto al que el país hace frente cada día: crecer económicamente para mejorar las condiciones de vida de sus ciudadanos, sin que ello suponga destruir su entorno natural. Viajando por sus carreteras y fiordos, llegas a la conclusión de que parece que lo están consiguiendo. Este compromiso asumido por toda la población hace que, probablemente, Noruega sea el país más respetuoso con el medio ambiente del mundo. Y qué pinta un tren dentro de esta idílica naturaleza, os preguntaréis. Porque es un magnífico ejemplo de ese reto superado, de esa ecuación resuelta (crecimiento sostenible). Para la descripción del viaje acudiremos a la que hizo la prestigiosa revista Lonely Planet. Creo que os convencerá. "Visto en el mapa, el Flamsbana podría ser considerado un ferrocarril de dimensiones modestas (...). Visto en...
El palacio de la Aljafería es un palacio fortificado construido en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de al-Muqtadir como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Este palacio de recreo refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en el periodo de su máximo apogeo político y cultural. Tiene planta cuadrangular y torreones redondeados, excepto uno de ellos, que se conoce como Torreón del Trovador de planta rectangular. Las estancias se disponen alrededor del patio abierto al cielo. Sus techumbres, artesonados y decoración con yeserías son algunos de sus mayores encantos. Actualmente es sede de las Cortes de Aragón. Información extraída de Wikipedia y Spain.info.
Real Audiencia de los Confines. Con este hermoso y enigmático nombre se conocía al más alto tribunal español creado para gobernar los territorios conquistados tras el descubrimiento de América. Abarcaba las actuales repúblicas de Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras, NIcaragua, y Costa Rica, además del estado mexicano de Chiapas . La inmensidad del territorio era tal que alguien, con imaginación, inteligencia y buen criterio, decidió utilizar la palabra confines para definirla. No le faltaba razón. En aquella época, esas tierras estaban situadas a distancias imposibles, eran desconocidas para los temerarios españoles que se aventuraban por ellas y crecían con tanta rapidez, que casi ni daba tiempo a ponerles nombre. Por ello, a mi modo de ver, el uso de la ambigua e imprecisa palabra "confines" solucionaba un montón de problemas, entre otros, tener que cambiar la denominación cada poco tiempo.
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